Las prepagas aseguran que, por los incrementos de los costos generales y los vinculados a la salud, el gobierno nacional aprobará un aumento de la cuota mensual del 15% en noviembre y otro del 10% a partir de enero.
El último aumento autorizado fue del 12% en diciembre pasado. Desde las empresas aseguran que sus costos aumentaron un 30% y no más porque tuvieron varias ayudas del Estado. En tanto, sostienen que, sin esas contribuciones, en enero sus costos tendrían un alza del 54%.
Además del programa ATP, por el que el Estado paga una parte de los salarios de las empresas del sector, en marzo pasado a través del decreto 300/2020 el Estado redujo en un 95% las contribuciones patronales de las empresas del sector con destino al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), al tiempo que se les fijó una menor alícuota en el pago del impuesto a los débitos y créditos.
Según el decreto, esos beneficios alcanzan a obras sociales, servicios de seguros de salud –medicina prepaga y mutuales-, hospitales, servicios de atención ambulatoria realizada por médicos y odontólogos, servicios de diagnóstico y tratamiento, y servicios de emergencias y traslados, entre otros.
No obstante, por la pérdida de los empleos registrados y la caída de los ingresos de asalariados y trabajadores independientes, que se arrastra desde comienzos de 2018, la facturación de las prepagas se vio afectada debido a la caída del padrón de afiliados y también porque muchos se vieron obligados a pasarse a planes inferiores, más baratos.
Desde el gobierno señalaron que los gastos vinculados a las cuotas de las prepagas son deducibles hasta un 5% de la ganancia neta de cada año de la base imponible del impuesto a las Ganancias.
Las prepagas aguardan ahora la Resolución de la Superintendencia de Servicios de Salud por tratarse de un servicio regulado por el Estado, con el agregado de que los afiliados deben recibir la notificación de los aumentos con 30 días de anticipación.