En una tarde con sol a pleno, el cielo de San Lorenzo comenzó a cubrirse con una gruesa columna de humo proveniente de la zona de islas, frente a la ciudad, donde se produce un gran incendio.
El viento que sopla desde el cuadrante sureste a unos 25 kilómetros por hora, favorece la propagación del humo que llega a toda la zona ribereña de la ciudad.
Pese a los reclamos, las denuncias penales y los anuncios oficiales con la creación de los “faros de conservación” con la inclusión de guardaparques, el fuego sigue consumiendo los humedales destruyendo su flora y su fauna, además de generar una gran contaminación en el aire de la región, como puede apreciarse hoy en la histórica ciudad.