Una auditoría en un cementerio de La Plata terminó con un macabro hallazgo, cuando el olor nauseabundo irrumpió en la escena: quienes llevaban a cabo el procedimiento dieron con 501 ataúdes y 200 bolsas de consorcio con restos humanos.
Muchos de esos cuerpos no tenían nombre que los identificaran. La Municipalidad realizó una denuncia penal ante la UFI de turno y solicitó la “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados”.
El fuerte olor impide un trabajo rápido, pero la autoridades avanzarán para identificar los fallecidos y sepultarlos como corresponde.
Tanto los ataúdes como las bolsas no estaban en una morgue ni en un espacio especial del cementerio ubicado en la calle 31 para la conservación de cadáveres o restos óseos, sino que en un depósito sin cuidado.
El hallazgo se dio en cuatro lugares diferentes, donde había ataúdes apilados y hueso en el sueño. En algunos cajones estaba escrita la palabra “angelitos”, por lo que determinaron que se trataban de niños, específicamente 22.
En un depósito en el subsuelo llamado “Protectora” había 16 cajones de madera sin identificación, muchos de ellos en el piso que tenía agua estancada. Medios locales aseguran que era una bóveda o un nicho.
La Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense remarcó que el deterioro del lugar fue “un acto llevado a cabo de forma deliberada”.
En “sala de velatorios” había otros 15 cajones de madera y 200 bolsas en el piso. En este caso, también muchos sin identificar.
En el segundo piso del edificio del cementerio se distribuían otros 362 cajones, entre los que se encontraban los 22 niños, y otras bolsas con restos óseos y huesos tirados en el suelo.
En el “galpón de arena” había otros 107 ataúdes con bolsas de consorcio con restos humanos a su alrededor.