Las elecciones legislativas nacionales de 2025 pasaron a la historia por un triste récord: la participación electoral se situó en el 66%, una cifra que representa una caída significativa respecto a elecciones anteriores. Según informaron fuentes oficiales, esta cifra es la más baja desde que el país volvió a la democracia en 1983, un dato que pone en evidencia la creciente desafección de los votantes con la política y las instituciones del país.
Este descenso es especialmente notable si se lo compara con las elecciones legislativas de 2021, en las que la participación fue del 71%. La brecha es aún más amplia si se compara con las recientes elecciones presidenciales de 2023, donde el 77,05% del padrón votó en las Generales y el 76,31% en el Balotaje. Esta tendencia a la baja en la participación electoral genera inquietud en un momento clave para el país, ya que se renovaron 127 bancas de la Cámara de Diputados y 24 del Senado, es decir, una parte crucial del Congreso Nacional.
Uno de los elementos que marcó esta elección fue la implementación del sistema de Boleta Única de Papel (BUP), que se utilizó por primera vez en las elecciones nacionales. Si bien la BUP fue presentada como una medida destinada a simplificar el proceso electoral y reducir el impacto de las irregularidades, la caída en la participación sugiere que la reforma no logró, al menos por ahora, recuperar la confianza de una ciudadanía cada vez más desconectada del proceso democrático.