El último mensaje del presidente sorprendió por su brevedad y moderación. En apenas 15 minutos, se alejó del estilo confrontativo y extenso que había caracterizado sus intervenciones previas, lo que generó repercusiones inmediatas tanto en el ámbito político como en los mercados.
Para el analista económico Alejandro Bonalumi, por primera vez se vio «al presidente de los argentinos y no a un panelista», aunque advirtió que será necesario demostrar si este cambio responde a una convicción genuina o es una estrategia de coyuntura.
En el plano económico, el anuncio central fue la presentación del Presupuesto 2026, que incluye aumentos en partidas clave como educación, universidades y jubilaciones. Aunque Bonalumi valora esta orientación, señala que “no corrige los problemas del pasado, sino que busca ordenar hacia adelante”.
El punto más sólido del mensaje, según el analista, fue el énfasis en el equilibrio fiscal, que definió como “la columna vertebral del modelo económico actual”. En este sentido, consideró acertado sostener esa meta, aunque advirtió sobre sus costos sociales: “El desafío es lograr ese equilibrio sin seguir ajustando a los sectores que ya no pueden soportar más presión”.
Las dudas más fuertes, sin embargo, recaen sobre las proyecciones macroeconómicas incluidas en el presupuesto: inflación del 10%, dólar a $1.423 y crecimiento del 4,5%. Para Bonalumi, se trata de cifras difíciles de alcanzar en el contexto actual. “¿Dónde hay que firmar?”, ironizó, al remarcar que hoy el tipo de cambio ya se encuentra por encima del valor proyectado para dentro de un año.
Además, alertó sobre el impacto de un dólar tan contenido: “Ese valor no es competitivo para sectores exportadores. Si se prioriza frenar la inflación con un dólar débil, se afecta la producción y las exportaciones. Es la manta corta de siempre”.
En ese marco, el crecimiento estimado también parece poco realista si no se dinamizan sectores que hoy están en retroceso. “La industria metalúrgica cae 3 o 4 puntos, la construcción no repunta, el consumo está frenado. Sin una recuperación más amplia, ese 4,5% luce difícil”, indicó Bonalumi.
El cierre del análisis deja una advertencia política: aunque el llamado al diálogo y el tono moderado pueden abrir una nueva etapa, aún no está claro si se trata de un giro real o una reacción defensiva frente a un momento de debilidad. “Veremos si este cambio se confirma con hechos —concluyó— o si es una estrategia clásica que los políticos usan cuando se sienten acorralados”.
Escucha la palabra de Alejandro Bonalumi: