La economista María Lucrecia D’Jorge, directora del Centro de Estudios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, analizó el comportamiento de la economía argentina durante septiembre y confirmó que el panorama continúa siendo de debilidad estructural, con algunos signos puntuales de mejora.
“La economía argentina tuvo dos trimestres consecutivos de caída, el segundo y el tercero del año. Los meses de junio y julio fueron los más duros, con fuertes bajas en la actividad industrial, el consumo y el mercado laboral”, señaló D’Jorge. Sin embargo, explicó que agosto y septiembre mostraron cierta estabilización, principalmente por un mejor desempeño del sector agropecuario, que se recuperó tras una campaña anterior afectada por factores climáticos y plagas.
Otro de los indicadores que evidenció un repunte fue el de las importaciones, que pasaron de crecer un 18% interanual a comienzos de año a un 6% en septiembre. Aun así, la especialista advirtió que “la industria y la construcción siguen muy deprimidas, y eso preocupa porque son sectores que generan mucho empleo”.
En cuanto al consumo interno, D’Jorge fue contundente: “Las ventas minoristas caen desde hace meses. En septiembre se registró una baja interanual del 5,4%, y aunque hubo un leve crecimiento mensual del 0,2%, no alcanza para hablar de recuperación”. Entre los factores que explican la caída, destacó la pérdida del poder adquisitivo y la falta de recomposición en el empleo privado registrado.
“El mercado laboral no termina de reaccionar. Todavía hay un saldo negativo de 180 mil puestos formales respecto del pico de agosto de 2023”, explicó, agregando que las remuneraciones reales se mantienen por debajo de los niveles de los últimos años y que el empleo informal atraviesa una situación aún más delicada.
Consultada sobre las expectativas hacia fin de año, la economista consideró que los resultados de las elecciones nacionales “despejaron algunas incertidumbres políticas”, lo que podría habilitar la implementación de medidas económicas orientadas a mejorar la competitividad y reducir la carga impositiva.
“Quizás a principios de 2026 podamos ver una reactivación en algunos sectores, si se logran estabilizar las condiciones macroeconómicas y se generan incentivos para la producción y el empleo”, evaluó.
A modo de cierre, D’Jorge remarcó que el crecimiento interanual acumulado a septiembre es de apenas 1,9%, muy por debajo del 6 o 7% proyectado a comienzos del año. “El desafío inmediato es sostener lo poco que se recuperó y avanzar con políticas que devuelvan dinamismo al mercado interno”, concluyó.