Remigio, un abuelo de 88 años, compartió la historia que lo hizo viral. No solo su destreza en la cumbia, que muchos de sus seguidores han visto en videos, sino también su pasión por un Citroën 13B que, más que un auto, es un compañero de vida.
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Durante la entrevista, Remigio relató que este Citroën 13B no es solo un vehículo para él; es el testimonio de una vida de aventuras. «Hicimos varios viajes con mi esposa, llevábamos heladera, parrillita, y salíamos sin rumbo fijo», comentó mientras evocaba uno de los viajes más especiales: un recorrido por Merlo, Mina Clavero, y Carlos Paz, donde el Citroën no solo los transportaba, sino que también les ofrecía un refugio de libertad y alegría.
Sus grandes amoresSin embargo, los años pasan, y Remigio, quien fue chofer de colectivo por décadas, se enfrenta a una triste realidad: problemas de vista que le impiden seguir conduciendo su querido auto. «Me costó mucho tomar la decisión de venderlo, pero no puedo seguir manejando», confesó, mientras se le notaba la emoción en la voz.
La historia de Remigio no es solo una de amor por un auto; también es una historia de amor con su esposa, con quien lleva 65 años de casados. Ambos se conocieron en la escuela primaria y, a pesar de las dificultades de la vida, lograron construir una familia llena de recuerdos y vivencias compartidas. “El secreto de un matrimonio largo es la bendición de Jesús y la Virgen, pero también mucho amor y paciencia”, explicó Remigio.
Pero más allá del Citroën y su vida matrimonial, Remigio tiene otro amor: la cumbia. «Cuando era joven, no me perdía una fiesta. Bailaba cumbia, tango, milonga… todo», contó entre risas, revelando una faceta suya que muchos no conocían.
Este abuelo, que se volvió una sensación en las redes sociales gracias a sus videos bailando cumbia, es también un verdadero coleccionista de autos clásicos. A lo largo de su vida, ha tenido muchos vehículos, incluido un Ford T de 1927, pero su amor por los Citroën es inconfundible. “Si tengo que elegir, elijo Citroën siempre”, dijo, mostrando con orgullo su buzo rojo estampado con el logo de la marca.
En este encuentro lleno de recuerdos, Remigio no solo nos habló de su amado auto y su pasión por la música, sino también de lo que más valora: el amor, la familia, y los recuerdos que, aunque el tiempo pase, siguen vivos en su corazón. «Mi nieta me dice que cada vez que me ve bailar, le da ‘me gusta’ en las redes. ¡Y la gente me quiere mucho!», concluyó con una sonrisa, mientras su esposa, Ethel, lo miraba con complicidad.
Así, Remigio nos deja una lección de vida: el amor por lo que hacemos, por nuestra familia y por esos pequeños momentos que hacen que la vida sea verdaderamente grande.